martes, 12 de julio de 2011

Un día de compras.


Ir de compras , y más en periodo de rebajas puede resultar verdaderamente un atentado contra la salud de uno mismo . Ayer casi muero asfixiada . No porque el número de consumidores fuera tan excesivo que el oxigeno no alcanzara para todos los que estábamos allí comprando , o que hubiera una avería en el aire acondicionado que nos tuviera a todos recalentados . El problema fue la falta de aire entre el vestido que me probaba , y yo . Eso de poder comprarse una talla 38 en vez de una 40 , o una 40 en vez de una 42 , mola mucho .
Sí , es verdad que hay un montón de cosas en las que siempre tiro al alza , en el tamaño del pincho de tortilla de patata , en el número de cervecitas frescas , en los zapatos , en las gafas de sol , en bolsos y en un sin fin de cosas pero en cuestión de tallas , siempre tiro a la baja ( sin tener en cuenta la diferencia de medidas que existe entre dos 38 incluso en un mismo sitio ).
Ahí estaba yo, en un metro cuadrado con un super foco iluminando y calentando mi cuerpo serrano a modo de gallina en granja avícola, dispuesta a enfundarme una 38 fuera como fuera. El vestido entró casi perfectamente, teniendo en cuenta que estamos en Julio, en Madrid, y con un foco de solárium encima , cuesta un poquito meter el vestido en un cuerpo sudoroso , pero el caso es que entró .
Sin querer , me encontré frente al espejo , diciéndome ¡ toma , toma y toma !, pose por aquí , pose por allá y como suelen hacer los chicos delante del espejo , debe de ser mi lado más masculino , fuerzo el bíceps , y toma geroma , así ,como Popeye . Pues nada , que va a ser que sí , que me lo quedo .
Entonces llegó la parte dura , quitarse el vestido . Lo cojo por la parte de abajo y lo subo hacía arriba para sacarlo por la cabeza como dándole la vuelta . El vestido se queda atascado y yo dentro , ya no se me ve la cabeza pero el vestido queda justo por encima de las bragas , todo un poema , mis brazos levantados , como haciendo la ola , el vestido ni para abajo ni para arriba , empiezo a sudar y a acordarme de mis poses y mis leches , ¡seré gilipollas!
Bueno , intento conservar la calma , al fin y al cabo si he entrado , seguro que salgo . Voy moviendo el cuerpo despacito , como un gusano , mientras mis dedos tiran del vestido poco a poco . Aquello no se mueve . Estoy
atrapada . Atrapada en una 38 . ¡ Mierda , mierda , mierda ! ( yo no digo vulgaridades pero es mi mente cabreada que va por libre ). Bueno , ya que no consigo sacarlo voy a ver si vuelvo a ponérmelo , quizá se ha enredado el forro y por eso no sale . De pronto una voz al otro lado de la cortina :
-¿qué tal todo señora ?
Mi mente otra vez pronuncia palabras vulgares , esta vez más vulgares aún que la anterior y también por triplicado .
-Bien , bien , todo bien gracias - por Dios no abras las cortinas que llamarás a los bomberos -enseguida termino .
Vamos, que no sé cuando saldré de aquí , que las opciones son salir con las manos en alto enseñando mi ropa interior o quedarme a comer en este cubículo . Vale , intentaré ponerme el vestido otra vez y si acaso le digo a la dependienta que me lo llevo puesto .
Vuelta otra vez a bajar el vestido , cada vez más complicado porque ya estoy como después de una hora de bicicleta , chorreando . Al fin , el vestido vuelve a su sitio , por fin me veo la cara otra vez aunque no parece la misma . Tengo los coloretes de Heidi y se me ha rizado el pelo , el rímel ligeramente corrido ¡madre mía que pinta! , la verdad es que es tan bonito el vestido que a nadie le extrañará que el resto de mi vida lo lleve puesto , pues nada , seguro que no soy la primera que sale de la tienda dentro de la compra .
De pronto en el lateral veo algo que cuelga , ¡ vaya, a que está roto !
¡ Mierda , mierda , mierda ! , esta vez lo digo bien alto .
El vestido tenía cremallera.
Salgo del vestuario medio arreglada . Unas 8 mujeres hacen cola para dos vestuarios y yo con un solo vestido en la mano . Empiezo a pensar que por mi aspecto y por lo que he tardado estarán esperando que salga alguien más del probador . La mujer que entra donde yo estaba mira primero, debe pensar que hay una puerta oculta y que se ha marchado por allí.
La dependienta se acerca y me pregunta :
-¿la 38 bien?
-Difícil, muy difícil.
-¿?

4 comentarios:

  1. Jajjajajaj...muy bueno Cris perdona mi caracajada virtual...pero es una historia tan original ( la realidad que una vez mas , supera la ficción ) ...y lo has contado tan bien , que no he podido evitar la risa....virtual.
    Yo siempre he dicho que no hay mayor sauna, ni mayor ejercico para quemar calorias, sistema nervioso y Visa Oro , que ir de compras.
    De tanto probarte ropa , acabas empapado /a en sudor...y si además has sufrido un episódio de compra compulsiva , el sudor es mayor....como es natural.
    También me ha gustado la expresión " toma geroma " ...mi padre ,Zamorano hasta la médula , lo dice siempre.." toma geroma pastillas de goma "...jamas hemos sabido que significaba , jamas nos hemos atrevido a preguntárselo.
    Ya ves que por suerte o por desgracia , siempre nos ocurre algo digno de ser contado.
    Un abrazo Cris.

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  2. Madre mía, los probadores de algunas tiendas son las antesalas del infierno. Yo siempre salgo de ellos como si me hubiera estado peleando con alguien XD. Muy divertido el post.

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  3. Miguel,que tempranero eres,ahí,el primero.Te aseguro que de probadores tengo unas cuantas,pero en esta ocasión lo pasé fatal.Creí que tendría que salir con los brazos en alto.Un abrazo.
    Dra.,lo mismo me pasa a mi,salvo es ese corte tan conocido,que por mucho ejercicio que haga probando y desprobando,el aire me deja con moquillo para tres o cuatro días.Y por cierto,gracias por aumentar mi numero de seguidores que aunque escasos,son todos muy valiosos.

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  4. Tampoco seria de extrañar....hay vestidos tan caros que es inevitable salir de la tienda , con los brazos en alto ;).
    Un abrazo Cris.

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