martes, 22 de noviembre de 2011
El trono
Cuando yo en mi casa digo que voy un ratito a sentarme en el trono, ya saben todos adonde voy. A cagar.
Sí, ya sé que esto suena fatal, vulgar y soez, colegios de niños bien y años de estudios para terminar hablando así. Podría decir que voy a evacuar el vientre pero no me sale, y lo de hacer deposiciones se lo dejamos a la enfermera en el centro de salud, aquí como que no.¿ Alguien se iba a creer que hablo así? No, seguro,y lo de hacer popo, tampoco me va mucho. Vale, reconozco que en voz alta no digo: ¡Me voy a cagar!, que tengo criaturas a las que educar (y no me pega nada, a pesar del post soy muy fina) pero si alguien piensa en ir al baño, la frase que le sale mentalmente es esa y no otra más entrada en modales.
Bueno, el caso es que es el único lugar de la casa donde uno es realmente el rey, donde va uno a hacer lo que le sale ( y no de las narices precisamente), donde puede estar uno un ratito tranquilo aunque los niños anden por ahí dando guerra o aunque sea la hora de cenar. Ese ratito te lo respetan.
Evidentemente esto no es algo que puedan apreciar los que no tienen niños, ellos hacen lo que quieren, siempre que quieren y en cualquier parte de la casa( espero que esto no lo hagan en cualquier parte). Tampoco sirve para los que tienen niños demasiado pequeños, porque normalmente suelen acompañarte al baño sea lo que sea que vayas a hacer, en esa etapa no tienes intimidad, y ese momento pasa a ser un poquito estresante:
-Pero hijo, que la escobilla no es el cepillo del pelo,¡hombre!
-¡Ven aquí, despégate esa compresa de la frente ahora mismo!
Bueno, una vez que pasan esa etapa, y que por fin entienden que hay cosas que uno tiene que hacer solo y que además las disfruta más de esa manera, entonces es cuando el inodoro pasa de ser un simple sanitario a convertirse en el trono real.
Entonces uno tiene que aprovechar esos momentos e ir preparado para disfrutarlo a tope . Que si me llevo el móvil y tuiteo un poquito, que no habrán salido twits brillantes de esos momentos del día, que si me llevo la tableta y escribo algo; el portátil ( confesad, alguno se ha llevado el portátil al trono seguro), la novela que está en la mesilla, el periódico... y si uno va con prisas y no le da tiempo a coger nada, y luego el tema le lleva más tiempo del previsto, pues termina leyendo la composición del champú y buscando si la hidratante tiene o no parabenes y polifenoles.
Cuando uno va así de preparado corre un riesgo. Esos momentos de paz que no puedes disfrutar en ningún otro rincón de la casa te hacen perder la noción del tiempo, te hacen perder el hambre y el recuerdo de que tienes una familia ahí fuera que te está esperando y cuando te quieres dar cuenta te llaman:
-¿Sigues ahí, verdad?, no habrás tirado de la cadena y caído accidentalmente al water ¿No? . Te estamos esperando para cenar.
-Ya voy ya, es que tenía obstrucción intestinal.
Mentira podrida. Estás gozándola leyendo los últimos twits de tu colegas
o escribiendo comentarios en tus bitácoras favoritas, y mientras los tuyos, con lágrimas en los ojos del hambre que están pasando.
Dejas el aparato, coges los 4 o 5 trozos de papel que ya te vienen marcados en el rollo, y esto según el gusto, que los hay que con tres se apañan, y más de uno estará sonriendo porque sé de buena tinta que manías al respecto hay unas cuantas: que si yo soy de 6 cuadradillos y de ahí no me apeo, que si yo me lo enrosco en la mano como una momia porque con ello doblado no sé limpiarme, que si el mío tiene que ser de triple capa y ultra suave que tengo la piel sensible, en fin, que tantas preferencias como colores. Pues resulta que cuando te vas a poner de pie no puedes, se te han quedado dormidas las piernas, te ves en el espejo, sin querer claro, que uno no está en ese momento pensando en mirar sus partes traseras, sólo porque está allí el espejito, que a quién se le ocurriría ponerlo justo en frente( es imposible concentrase si estas estreñido. A ver cómo te pones a hacer fuerza con el espejo en frente. Venga caras raras. Imposible.) y ves que tienes un circulo rojo que rodea todo tu culo y que te dice que llevas allí sentado ni se sabe. Cuando entras en la cocina lo haces casi cojeando, y tienes en el trasero una anestesia que ni a un caballo.
¡Jolines, para ser un trono mira que es incómodo!
Y yo unas veces sin inspiración y otras me inspira cada cosa que asusto.
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El día a día en el hogar.,
Sobre mi,
Va una chorrada.
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qué intimo no?
ResponderEliminarYo hasta había pensado en acondicionar una sucursal de la biblioteca de la sala en el cuarto de baño. La de libros que me habré leído ahí sentado xD
ResponderEliminarPero yo hago trampa: vivo solo y nadie espera por mí en el mundo exterior.
Te ha quedado un post very escatológico, pero divertido ^^
besos
Muy bueno Cris...y muy humano , yo suelo decir " ir al baño " a la hora de referirme a ese momento de necesaria intimidad . Tengo una amiga que le hace gracia las expresiones, cagar, giñar, hacer popó, de vientre , de cuerpo...pero le dices o escucha la expresión ¡¡¡ defecar !!... y le entrán nauseas y mareos por el asco...tiene su gracia ¿ verdad ?.
ResponderEliminarReconozco que yo soy de los que alguna vez, me he entretenido leyendo la composición del champú.
Si te soy sincero, si me ha sorprendido , que escribas un Post sobre este tema y sin ningún tapujo , esto demuestra que puedes escribir sobre cualquier tema y además de la manera mas divertida y original.
Un beso Cris.
Pilar, me temo que una vez que abres un blog personal, casi todo tiende a ser íntimo.
ResponderEliminarRaindrop, lo que me pregunto yo es qué haces tú leyendo sentado en un sitio tan incomodo si vives solo y tienes toda la intimidad del mundo.Lo tuyo es masoquismo.
Miguel, a ver si te crees que sólo tú puedes escribir sobre estas cuestiones, y que conste que me ganas con el tema de la chimenea, eso sí tiene miga. Lo que yo cuento al fin y al cabo son temas comunes que casi todos hacemos, pero la gente es pudorosa .
Curioso, si escribimos un relato sobre las cacas da pudor, sobre todo al que lo lee, pero si se escribe un relato erótico, violento, parece que tenga un valor añadido, cuando, si lo analizamos, cuántas veces a la semana matamos a alguien o cuántas veces tenemos sexo en 7 días. Sin embargo, "caca" la mayoría la hacemos todos los días y, además, nos produce un gran alivio.
ResponderEliminarMe encanta irme a cenar después de leer este relato.
Que te aprovechen las deposiciones culturales.
Besos
jajajaja no, Cris, masoquista no. Lo que soy es un indeciso. Porque cuando me siento (yo cuando voy a casa de mis padres digo: "Voy a sentarme" y ellos ya entienden de qué va la cosa) no siempre voy demasiado apurado.
ResponderEliminarjo, mira qué cosas te estoy contando jajaja
Ana, tienes mucha razón. pero en cuanto uno empieza nos vamos soltando, a veces surgen conversaciones graciosísimas con este tema cuando cada uno empieza a contar sus costumbres o manías. Espero haberte abierto el apetito.
ResponderEliminarRaindrop, en cuanto uno empieza a hablar de estas cosas no puede parar, ten cuidado no te entre diarrea verbal y empieces a contar intimidades.
Yo puse un revistero así, nunca, quedo sin esos minutillos de alivios.
ResponderEliminarUn saludo.