sábado, 15 de diciembre de 2012
Punto de inflexión.
Dicen que la vida a veces golpea fuerte, que Dios aprieta pero no ahoga, que una patada en el culo te impulsa hacia adelante y que solamente en la adversidad sacas tu verdadera fortaleza. Dicen que después de pasar un momento difícil en tu vida serás mejor persona y más fuerte, que madurarás como ser humano, que para crecer emocionalmente todos deberíamos perder algo que amamos y sentir el dolor que eso provoca, que cuánto más triste sea tu historia más fuerte debe ser tu sonrisa, que cada experiencia te hace más sabio...
Dicen muchas cosas. Cosas fáciles de decir. Incluso fáciles de creer.
Cuando por fin llega esa patada y ves que realmente ser fuerte es la única opción que queda, y cuando sonreír te cuesta tanto que te duele la cara, entonces te partes la caja recordando eso que decían de Dios porque el sufrimiento que sientes dentro de ti es tan grande que realmente asfixia. Llegas a creer que no podrás soportarlo, que puedes incluso morir en el intento de sobrevivir. Lloras como los niños pequeños, a gritos, y te tapas la boca porque has perdido ya la costumbre y te avergüenzas de ti mismo. Sin embargo ese llanto es el único alivio que sientes y quisieras gritar y llorar mas fuerte aún pero no te llega el aire. Es difícil de entender. No eres capaz de dimensionar el dolor que sientes, no sabes cuánto tiempo tendrá que pasar para sentir consuelo,y sólo eso,consuelo. Te preguntas cómo pudieron soportarlo los que antes que tú vivieron eso, incluso los que vivieron cosas mucho peores, cómo aguantaron, cómo siguieron con sus vidas.
Y ahí están.
Quiero que pase el tiempo. Tengo prisa. Quiero volver a reír a carcajadas de verdad y que cuando estas acaben empiecen otras. Quiero ser la misma de antes, o al menos lo más parecida, o incluso mejor todavía. Quiero aprender de esto y pensar que tenía que suceder de esta manera y no de otra. Que lo que ha ocurrido es lo mejor que podía pasar y que son verdad todas esas cosas que dicen, que cada decepción te hace más hábil, cada golpe más fuerte,cada fracaso es un cambio de camino y una opción nueva y mejor, que si te cierran una puerta se va a abrir otra y que sólo tú tienes la llave y la opción de girar el picaporte.
Quiero volver a escuchar música, sentirla sin que eso me provoque dolor, que me baile el corazón y no tener la sensación de que me he quedado sorda para siempre. Quiero entender lo incomprensible, saber porqué el amor se acaba de repente sin previo aviso, pillándote desprevenido y con la guardia baja, quiero sobre todo que esto sirva para algo y que algún día pueda leer esto sintiendo sólo que la cicatriz de la herida está ahí pero ya no duele.
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