lunes, 31 de diciembre de 2012

Reseteando que es gerundio.

Estoy especialmente ácida. Creo que es un mecanismo de auto defensa pero  no me gustaría que tuvierais que tomar un almax después de leer una entrada mía así que leo y releo antes de publicar por evitar molestias estomacales.  Todo lo que escribo sale con un tono excesivamente sarcástico e irónico y aunque mi psicóloga dice que escriba lo que me sale de la tecla, yo no puedo evitar cortarme un pelín, que más vale eso que arrepentirse después (es que soy de un prudente que no sé para qué tanto).
Ah!, ¿Qué no había dicho que iba a un psicólogo? Es que soy así de chula, es otro de los efectos de la separación, ELLL me está proporcionando nuevos amigos, y nunca había  tenido uno que me escuchara con tanta atención y que tomara notas mientras hablo. A veces incluso se permite la licencia de hacer bromas sobre ELLL, y asiente  con la cabeza a todo lo que digo. Da gusto. El único pero que le encuentro es que a veces si me callo, el silencio resulta un poco incomodo, y ella no dice ni pio. Así que yo sigo dale que dale con el mismo tema que me aburre ya hasta a mí.
Mi hija me preguntó un día que si estaba loca. Le contesté que esperaba que no, que para eso tenía un blog, para evitar consecuencias de ese tipo. De hecho cuando fui a ver al psiquiatra para que valorara que aún no estaba de atar y que un psicólogo todavía podría hacer algo por mí, las recomendaciones que me dio fueron muy curiosas. Me dijo que para liberar tensiones practicara algo así como boxeo.
- Pues mire señora, llevó tres años haciendo body combat, un mix de  kung fú , karate Kid y Rocky Balboa- le expliqué- Pero es que aún así, necesito soltar humo que estoy que ardo.

La buena profesional me dijo que también ayudaba mucho abrir un blog. Y os juro que esto es tal cual lo cuento, que yo no sé si estas serán pautas que enseñan en la facultad o esta mujer era tan eficiente que con sólo mirarme adivinó lo que hago en mi tiempo libre.
- Pues verá, da la casualidad que también tengo un blog, y claro, si con esto supuestamente tengo que estar  relajada, a ver este nudo de la tráquea y el insomnio, qué me lo quita, porque el blog puede dar sueño a los que lo leen pero a mí no.
Para rematar la sesión me dijo que no me cerrara al sexo. No sé si eso quiere decir que me folle a todo bicho viviente  que encuentre o que abra las puertas ligeramente a posibles aventurillas antiestres. Vamos, que yo había oído siempre eso de: "desde que se ha separado está salida..., no para". Pues ya lo sabéis. Lo único que hacen es seguir las recomendaciones del doctor  a pies puntillas (no te preocupes mamá que yo eso no lo voy a hacer), y es que claro, para dormir bien hay que cansarse durante el día y mejor que tomar pastillas es agotarse en la cama, en el gimnasio o donde sea. No saben nada estos que tienen carrera.
En fin, que mi entrada era otra, pero leo y vuelvo a leer como los peces en el río, ¡ah no, que esa es otra!, y no me convence tanta ironía y mala leche. La elegancia y el resto de mis virtudes, que no quepo en mí de gozo de las que tengo, espero no perderlas nunca por grave que sea la situación ( si no estrellé el tarro de pepinillos contra la pared, puedo con todo) .

Me despido ya de todos y del 2012. Voy a resetear para empezar el 2013 con buena energía. Me gustaría ser capaz de perdonar y  dejar atrás todo pero es demasiado pronto. Dicen que el perdón llega cuando los recuerdos dejan de doler. Yo tengo 27 años de recuerdos pero también es verdad que empiezo mi segunda vida y creo que soy como los gatos, tengo siete, tiempo suficiente para que los recuerdos no duelan.
Feliz 2013. Si has sido bueno, siempre  siempre, lo mejor está por venir. Besos.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Nueva vida, nuevo blog.

Está claro que los efectos secundarios de una separación son muchos, y que parte de ellos los imagináis o incluso los habéis vivido. Pero para dramones están los telediarios así que os voy a contar esos efectos que pasa una en soledad y que en momentos de crisis son realmente importantes. A mí me habían hablado de esas mujeres que al separarse cambian por completo el look. Se cortan el pelo y se lo tiñen de azul o empiezan a vestir como si fueran adolescentes. Tengo que decir que una vez pasadas las dos primeras semanas en las que el shock que tienes impide pensar en cualquier otra cosa que no sea ELLL y su transformación en un ser desconocido (para pronunciar ELLL, péguese la lengua al paladar y alarguen mucho la pronunciación de la L, estilo Sarita Montiel), yo empecé a plantearme pasar por una tienda de tatuajes y grabarme para siempre algo que me recordará el dolor que ELLL, me había provocado,(¡Qué ilusa, màs quisiera que sufrir amnesia selectiva!)

Gracias al cielo, no sé si son genes, educación, o suerte que tuvo una cuando Dios repartió cerebros, decidí pensármelo durante unos meses y a cambio redecorar mi casa y el blog. Sin duda cambiar la pintura del pasillo es menos costoso y doloroso que arrancarse la piel para quitar un tatuaje producto de un momento de ofuscación. Este ha sido uno de los primeros efectos secundarios. Mi pasillo está ahora de dos colores, el salón naranja y mi pelo y mi piel se mantienen intactos. El blog no podía ser menos. Vida nueva, año nuevo, blog precioso.
En mi primer fin de semana sola, aparte de redecorar mi casa y jartarme de gimnasio no he tenido mucho más que hacer (espera tú que me eche una chupipandi y verás). El sábado por la tarde me dije a mi misma, ¡Pero hija, haz algo para que se note que es sábado! Así que me abrí una cerveza, ya ves tú, y yo soy más de vino (del bueno) , pero mira que ahora no me apetece (otro efecto secundario) y para acompañar y que no se subiera mucho a la cabeza, que a ver a quien le voy a decir yo bobadas si me achispo un poco, decidí acompañarlo de unos pepinillos. Y aquí es donde se acabó la fiesta. ¿Quien me abre a mí ahora el tarro de pepinillos? ¿Eh? Mira que le di golpecitos en el culete, golpetones contra la encimera, le metí un cuchillo para ahuecar la tapa... ¡Ja! Hacen los tarros de pepinillos a prueba de mujeres separadas, así que me quedé sin acompañamiento, que mira que me fastidió en el momento este tema. Y después whatsappeando con una amiga que vive en el portal de al lado me decía: ¡Pues hija, te pasas por mi casa y que te lo habrá J.! Pero es que cuando me da el antojo de los pepinillos ya estoy con el pijama y la bata, y que si me encuentro en el ascensor con algún vecino de esta guisa y los pepinillos en la mano no sé lo que puede llegar a pensar. Menos mal que a los fabricantes de cervezas se les ocurrió la anilla ésa abre fácil, seguro que era mujer y separada, que son más listas que el hambre. Hay que ver lo que enseñan los disgustos.
Otra cosa que he notado yo en ésta mi soledad es el frío momento de ir a la cama. Que sí, que en verano lo voy a agradecer de lo lindo, pero ahora en invierno uno se mete en la cama y estirar las piernas notando en los pies el frío de las sábanas es un poquito tortura. Esto lo solucionan unos buenos calcetines de lana, así que todas las mujeres que estén aguantando maridos por no tener fríos los pies en ese momento, que pasen por H&M a por un pack de tres pares extra gordos. Mano de santo. Y de momento cuento esto, pero me temo que los efectos van a ser muchos y muy variopintos, así que tendré que hacer varias entregas y seguir riéndome de este drama, que lo es , os lo aseguro. Saludos desde las nubes y Felices Fiestas.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Punto de inflexión.

Dicen que la vida a veces golpea fuerte, que Dios aprieta pero no ahoga, que una patada en el culo te impulsa hacia adelante y que solamente en la adversidad sacas tu verdadera fortaleza. Dicen que después de pasar un momento difícil en tu vida serás mejor persona y más fuerte, que madurarás como ser humano, que para crecer emocionalmente todos deberíamos perder algo que amamos y sentir el dolor que eso provoca, que cuánto más triste sea tu historia más fuerte debe ser tu sonrisa, que cada experiencia te hace más sabio... Dicen muchas cosas. Cosas fáciles de decir. Incluso fáciles de creer. Cuando por fin llega esa patada y ves que realmente ser fuerte es la única opción que queda, y cuando sonreír te cuesta tanto que te duele la cara, entonces te partes la caja recordando eso que decían de Dios porque el sufrimiento que sientes dentro de ti es tan grande que realmente asfixia. Llegas a creer que no podrás soportarlo, que puedes incluso morir en el intento de sobrevivir. Lloras como los niños pequeños, a gritos, y te tapas la boca porque has perdido ya la costumbre y te avergüenzas de ti mismo. Sin embargo ese llanto es el único alivio que sientes y quisieras gritar y llorar mas fuerte aún pero no te llega el aire. Es difícil de entender. No eres capaz de dimensionar el dolor que sientes, no sabes cuánto tiempo tendrá que pasar para sentir consuelo,y sólo eso,consuelo. Te preguntas cómo pudieron soportarlo los que antes que tú vivieron eso, incluso los que vivieron cosas mucho peores, cómo aguantaron, cómo siguieron con sus vidas. Y ahí están. Quiero que pase el tiempo. Tengo prisa. Quiero volver a reír a carcajadas de verdad y que cuando estas acaben empiecen otras. Quiero ser la misma de antes, o al menos lo más parecida, o incluso mejor todavía. Quiero aprender de esto y pensar que tenía que suceder de esta manera y no de otra. Que lo que ha ocurrido es lo mejor que podía pasar y que son verdad todas esas cosas que dicen, que cada decepción te hace más hábil, cada golpe más fuerte,cada fracaso es un cambio de camino y una opción nueva y mejor, que si te cierran una puerta se va a abrir otra y que sólo tú tienes la llave y la opción de girar el picaporte. Quiero volver a escuchar música, sentirla sin que eso me provoque dolor, que me baile el corazón y no tener la sensación de que me he quedado sorda para siempre. Quiero entender lo incomprensible, saber porqué el amor se acaba de repente sin previo aviso, pillándote desprevenido y con la guardia baja, quiero sobre todo que esto sirva para algo y que algún día pueda leer esto sintiendo sólo que la cicatriz de la herida está ahí pero ya no duele.